Refracción identitaria:

lo que oculta la mirada


Yorjanny Trejos 




Del 14 al 30 de abril 2009 se expone en la Galería 1887 la obra del artista de Ciudad Cortés, Yorjanny Trejos, la cual estará acompañada de las fotografías de Ronald Reyes


En medio de la carretera Interamericana sur, uno de los pueblos indígenas costarricenses, celebra todos los años la “Fiesta de los diablitos”.  Dicha fiesta es retomada por el pintor Trejos con el objetivo de retratar las tradiciones de la comunidad de Rey Curré.  En ella, los diablitos luchan con el toro, representante del colonialismo, la conquista y los sucesivos intentos de aculturación y homogeneidad cultural. La Fiesta evidencia plásticamente, a través de sus máscaras y de sus objetos de arte,  las tantas luchas que han tenido que dar los indígenas en Costa Rica para que no sean veladas sus tradiciones. 


Culturalmente nos es imposible llegar a comportar una identidad. A lo sumo podríamos llegar a forjar lazos fuertes que mantengan en su devenir elementos de síntesis que logren sobrevivir o amarrar elementos siempre cambiantes. Sin embargo, una cultura siempre debe cambiar y justamente esta es su riqueza. No obstante el cambio puede llegar a degenerar en elementos poco positivos para una cultura, y este es el cambio que relata Don Cristino Lázaro y su esposa Doña Cruz Ortiz Ribera. Después de los años sesenta, nuestros dos testigos debieron trasladarse a otro sitio y al regresar lo que encontraron era una comunidad sumamente desvastada. “La Fiesta de los diablitos” es hoy día un lazo de unión que permite pensar la posibilidad de reconstruir una red entre tradiciones. Así, cada año, los diablitos alistan sus máscaras para poder “jugarlas” en la fiesta que tiene su apogeo con la muerte del toro, figura simbólica de los españoles (y de nosotros, “los costarricenses”). La “Fiesta de los diablitos” es una cuestión sumamente importante ya que refracta nuevas imágenes que se configuran como denuncia a ciertos procesos de exclusión que se han generado en el país, así como la posibilidad de cambiarlos. El aire idílico de la pintura de Jorhanny muestra la esperanza por lograr una autonomía cultural, pero siempre a sabiendas de que el pasado es irreversible. 


El mismo titulo con que ha sido nombrada la exposición supone justamente la pluralidad de imágenes que constituyen una Nación y de cómo al mirar, ocultamos muchas de esas imágenes que refracta el espejo. 


Curaduría: Rocío Zamora Sauma


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