4-23 (autorretratos)

Angie Montiel



Parte de la propuesta de la Dirección General de Cultura para la Galería 1887, es acompañar el primer proyecto expositivo de jóvenes que aún se encuentran en el contexto de la Academia. Una de estas experiencias es la expo “4-23” (Autorretratos) de Angie Montiel de apenas 23 años, quien cursa actualmente estudios en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica. 

4-23” es una especie de código que no es otro que el paso de los años entre los 4 a los 23, edades límites representadas a través de objetos y productos artísticos realizados en el rango propuesto. Angie Montiel en su autorretrato elige “el zapato” como leit motiv de su propuesta y que crea una suerte de tautología con la noción de recorrido que es introducida por la artista.  

Angie aprovecha todo el material conservado por su madre, -y que fue parte de su infancia- forzar la idea del autorretrato a partir de elementos que son indisolubles en su vida. De a poco, pasa de la imagen familiar y el trabajo más artesanal en términos pictóricos a la vinculación de un yo adulto que se identifica no sólo en la inclusión de elementos (fotografías de sus amigos e imágenes de sus zapatos) de su vida contemporánea académica como la solución aséptica de la fotografía. 

Se traduce en el trabajo de Angie Montiel una vuelta al origen en su manera de reconstruir el mundo, pero a pesar de usar elementos de la infancia, la obra va de lo poético (resuelto incluso en el uso de lo textual en piezas como “6”) a la dualidad entre lo siniestro y lo hermoso en las piezas donde mutila sus propios recuerdos de la infancia (su vestido y su zapato) y los integra a un discurso donde la fragmentación es el más grande de los aportes. La idea de un sujeto cuya identidad está diluida en los fragmentos. 

La artista trabaja con una rentable economía de recursos pero sus obras están llenas del aura de los objetos que usa; cargados no sólo de valor simbólico sino también que reproducen cierto gesto chamánico en su capacidad de idolatría. El zapato como religión, como huella personal, como destino.

Curaduría: Clara Astiasarán

No hay comentarios:

Publicar un comentario